Confieso que mi aprecio por Moore decayó a un total de cero en cuanto comencé a ver su programa de televisión The Awful Truth, donde las acusaciones dejaban de cobrar sentido y las resoluciones no correspondían con lo que acababa de ser visto. No obstante, algunas obras no deben ser víctimas de la fama de sus autores, y este el caso. En el 2004 Moore nos trajo un excelente documental a nivel artístico e informativo. Desde la prolija secuencia de títulos hasta el exhaustivo y notorio trabajo de investigación por sobre los antecedentes financieros y políticos de los representantes estadounidenses.
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